20070606

Decimoctava llamada

¿hasta dónde puede llevarnos el morbo en una llamada al Teléfono Rojo? ¿qué se puede pedir a una mujer que se te entrega en la distancia?

cuando uso el Teléfono Rojo no suelo tener un guión prefijado de cómo va a transcurrir la conversación, sino que dejo que la fantasía y el morbo nos lleve a ambos, aunque finalmente sea mi capricho, mi inventiva la que acabe dictando el transcurso de la misma... también disfruto descubriendo sus deseos, sus necesidades...

pero me gusta controlar su placer.. indicar cuándo, cómo acariciarse... me gusta retener su éxtasis y marcar el momento en que pueden liberarlo...

una mañana hablaba con cristina... ambos relajados, predispuestos.. yo en mi cama, ella en su sofá... una agradable conversación para una mañana de primavera... ella, sumisa en prácticas... estábamos aprendiendo a conocernos, viendo cómo ella aceptaba ceder su voluntad, sintiendo cómo dejaba apropiarme de ella... fue una amena conversación (siempre me han seducido las lolitas... mi perdición)

empezó el juego del día... ella estaba desnuda, ansiosa por tocarse, ya había disfrutado de mis llamadas durante la semana anterior y pronto nos íbamos a ver... yo no quería su placer tan pronto... sí, me gustaban sus súplicas mientras pedía correrse... y me apetecía sentirla de otra manera. ella tenía un vibrador en la mesilla de su habitación: debía ir a buscarlo... pero a cuatro patas, como la perra que quería ser...

se reía, pero lo hizo... yo oía a través del teléfono el impacto de sus rodillas en el suelo y la respiración agitada, a la vez que imaginaba su cuerpo visto en fotos y por webcam moverse lentamente por el pasillo. cogió el aparato y empezó el regreso

en ese momento alguien quiso participar también en el juego...

su perra

se reía mientras me contaba cómo la estaba olisqueando, cómo sentía la humedad que le bajaba por los muslos y cómo el animal quería lamerlos.. ella la rechazó y siguió su camino hasta el sofá...

empezó el juego... no recuerdo ya la fantasía, pero seguro que yo la tentaba y provocaba, la excitaba con palabras, mientras le negaba el placer que yo estaba disfrutando... hasta que llegó ese punto en que notas que ya no la puedes retener y dejé que empezara a tocarse con el consolador...

en ese momento alguien quiso participar también en el juego...

se reía mientras me contaba cómo la perra volvía a olisquearla, a lamer sus muslos empapados... se reía de su hermana... la intentaba apartar, pero no podía, ya que el animal insistía y ella estaba perdiendo el control con el placer que se estaba proporcionando.. yo al otro lado del Teléfono Rojo oía y me sentía cada vez más excitado...

y se lo ordené: que dejara libre al animal, que apartara el vibrador, su mano... no se negó.. entre lo excitada que estaba ya de por sí por nuestro juego y el morbo del animal.. no, no se podía negar

empezó a gemir, a gemir cada vez más fuerte, y yo entre los gemidos, los gritos, le oía relatarme lo que sentía, el placer que le estaba proporcionando la lengua de su hermana, de su perra... acercó el teléfono a su entrepierna para que yo oyera el gimoteo y ruidos del animal... ella se apretaba sus tetas o lamía sus dedos húmedos... y la perra seguía arrancándole gemidos de placer... mientras yo me tocaba frenéticamente, excitadísimo por la situación, pleno de morbo, disfrutando del momento, de la posesión de la entrega de cristina...de ese trío con dos hermanas, con mis dos perras...



¿te atreverás a entregarte al morbo sin condiciones a través de una llamada? ¿no quieres que te llame? ¿o temes perder el control?

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu cara me suena cipotón.
Deberías llamarte Dr Jekyll y Mr Hide.

Dr. Strangelove dijo...

una novela que me encanta y cuya dualidad admito :)

¿acaso no lo somos todos? hoy hablaba de eso precisamente con una contertulia... ¿por qué se ha de ser sólo blanco o negro con las infinitas gamas de grises que hay, pudiendo variar a lo largo de todo el espectro de ellas?

Anónimo dijo...

A mi también me encanta la novela, es un fiel reflejo de lo que somos la mayoría.
Quien no desearía llevar una doble vida?
Romper los tabúes que nos impone la sociedad y dejarnos llevar por nuestros sentimientos más pasionales e íntimos.
Traspasar fronteras.

Dr. Strangelove dijo...

creo que la moraleja de la novela es que hay que asumir que existen las dos vidas, que una no puede existir sin la otra y que no se pueden separar, ya que el predominio de una sola traerá nefastas consecuencias

EnfermeraDeNoche dijo...

Pues mi Mr. Hyde dice, sin pensárselo un segundo: Esto me ha puesto.

Mientras mi Dr. Jekyll responde: No es posible! si estás hablando de que se lo come una perra!

Y ahora Hyde probablemente irá a hacerle los honores a esta llamada mientras Jekyll mira.

Debo ser más pervertida de lo que Jekyll pensaba..

Dr. Strangelove dijo...

enfermera, no seas tan cruel, déjame mirar a mí también

;)

Anónimo dijo...

Mi Mr Hide también está deseosos de observar, aunque sea en un discreto segundo plano, no sea que alguien reconozca a mi Dr Jekyll

Anónimo dijo...

Una buena amiga se compró un perro hace poco. Su teórica razón: que ya tenía ganas de que alguien moviese el rabo cada tarde cuando volviese a casa... pense que era un chiste...

Vagamundos

Dr. Strangelove dijo...

mal asunto, Vagamundos... pero como dice la sabiduría popular, piensa mal y acertarás,... y a veces la puntería de esos tiros largos puede ser mortal :D